
SIPCA
Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés
A partir del 14 de octubre iniciamos la que va a ser nada menos que nuestra décima temporada de colaboración en el espacio cultural "La torre de Babel" de Aragón Radio, dirigido y presentado por Ana Segura. Como en años anteriores, la colaboración de...
El año pasado os informamos de un importante hallazgo relacionado con la música tradicional: un conjunto de cintas de cassette que contenían las grabaciones de campo realizadas por el investigador Juan José de Mur entre 1979 y 1985, que utilizaría pa...
El cuerpo de naves está constituido por tres naves de igual altura divididas en siete tramos, alternando en la cubrición cúpulas hemisféricas y elípticas con linterna, bóvedas vaídas con luquetes y bóvedas de lunetos vaídas, decoradas con pinturas, en su mayoría al fresco. Presenta un juego de cúpulas que anima el conjunto, tanto en la nave central como en las laterales. Así, cada cúpula de la nave central, tres en total, queda flanqueada por las cúpulas de las naves laterales, ocho en total, repitiéndose en serie el esquema de disposición en cruz griega, con cúpula central y cuatro en los ángulos.
Doce robustos pilares apean las bóvedas, ocho cuadrados y cuatro pentagonales bajo la cúpula central; cuentan con zócalo de piedra y pares de pilastras corintias adosadas en cada uno de sus lados, sosteniendo entablamento y cornisa muy moldurada de donde arrancan los arcos, con intradós decorado por relieves a base de cilindros vegetales y ápteras elípticas y de carrete. La nave central, con una mayor anchura condicionada por las dimensiones de la primitiva Santa Capilla, presenta una estructura compartimentada por la disposición del coro, el altar mayor y la Santa Capilla.
Todo el perímetro del templo del templo está articulado por capillas entre los contrafuertes, con embocaduras en arco de medio punto moldurados que apean en pilastras corintias; en los extremos de los muros norte y sur se disponen los accesos y las torres.
La fachada principal fue diseñada sobre una sencilla composición de muros articulados por pilastras y grandes arcos de piedra enmarcando las puertas, estética original aún presente en la fachada trasera y llevada a cabo entre 1942 y 1954. Las puertas quedan enmarcadas por columnas que sostienen un entablamento coronado por frontón triangular. En el centro, enmarcado por dobles columnas, se dispuso un relieve a modo de retablo, realizado en piedra caliza por Pablo Serrano, terminada en 1969 y en el que se representa la Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza. Los cuerpos situados entre las puertas y el retablo se articulan con dobles pilastras de piedra molduradas, coronadas por pináculos y unidas por una balaustrada; ocho estatuas rematando los pórticos y el retablo, completan el primer plano de la fachada, por encima del cual queda el cerramiento de la nave, con un óculo por tramo, enmarcándose el central en un hastial mixtilíneo. Un tercer plano estaría constituido por las cúpulas de teja vidriada, rematadas con linterna y cupulín, y que por sus diferentes volúmenes y alturas componen un perfil quebrado al que se unen las esbeltas torres, remarcando en sentido de verticalidad.
Los libros, bibliotecas y hábitos lectores constituyen un capítulo apasionante de nuestra historia cultural. ¿Qué leían nuestros antepasados? ¿Cómo eran las bibliotecas de los humanistas, clérigos y nobles en el Renacimiento o el Barroco? Buscando una respuesta a estas preguntas, nos asomaremos a la Huesca del siglo XVI, una pequeña pero pujante ciudad que contaba con una universidad y con una imprenta recién inaugurada, para conocer las bibliotecas y prácticas lectoras tanto de sus élites como de unos ciudadanos que también disfrutaban de lecturas públicas.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002